El radiocarbono, o carbono 14, es una herramienta imprescindible en diversas disciplinas y campos de estudio debido a su naturaleza única y su capacidad para revelar información sobre el pasado.
La datación por radiocarbono permite a las y los arqueólogos determinar la edad de artefactos y restos orgánicos, incluyendo huesos, carbón vegetal, madera y semillas.
La datación por radiocarbono ha jugado un papel esencial en el campo de la paleoclimatología. Los y las científicas utilizan esta herramienta para determinar con precisión la edad de los registros paleoclimáticos.
En oceanografía, la datación por radiocarbono del carbono inorgánico disuelto en el agua permite estimar la tasa de circulación de aguas profundas, crucial para comprender el ciclo del carbono en los océanos y su rol en el clima global.
El análisis de los niveles de carbono 14 en dientes, cabello y uñas puede proporcionar una estimación precisa tanto de la fecha de nacimiento, como de muerte de un individuo, y así utilizarse para determinar el tiempo de la muerte en casos no resueltos.
Los niveles de carbono 14 en una célula pueden indicar cuándo se formó, proporcionando información sobre el crecimiento y la renovación de tejidos en el cuerpo humano.