El radiocarbono, carbono 14, C-14 o 14C, es una variante isotópica del carbono con una característica única: su naturaleza radiactiva. Gracias a esto, el carbono 14 se ha convertido en una de las principales herramientas de datación para estimar la edad de restos de animales y plantas, sedimentos e incluso para estudiar el tiempo de circulación de masas de agua al interior del océano.
Este principio es la base de la datación por radiocarbono, una de las herramientas más valiosas disponibles para entender nuestro pasado.
De manera similar a lo que ocurre con los organismos vivos, el carbono 14 generado en la atmósfera es absorbido por cuerpos de agua como lagos, el océano y aguas subterráneas. Cuando el agua deja de estar en contacto con la atmósfera –por ejemplo, cuando la lluvia infiltra en el suelo– su contenido de carbono 14 comienza a disminuir, empieza a “envejecer”. De esta manera, la cuantificación de carbono 14 de muestras de agua subterránea permite estimar, por ejemplo, la “edad” del agua de un acuífero y así entender a qué tasa se recarga. Un principio similar es utilizado para estudiar la circulación oceánica y el intercambio de carbono entre el océano profundo y la atmósfera.
La medición del carbono 14 comienza con la recolección de una muestra en su estado natural. Estas muestras pueden ser de diferente naturaleza, aunque generalmente corresponde a material orgánico como madera, hueso, tela, carbón, o semillas. Una vez recolectada, la muestra se lleva al laboratorio, donde se somete a un proceso de preparación antes de medir su contenido de radiocarbono.
El proceso de preparación incluye la limpieza y purificación de la muestra para eliminar cualquier potencial contaminante que pueda afectar las mediciones. A menudo, esto incluye la eliminación de cualquier material no orgánico presente en la muestra y la aplicación de diversos métodos químicos para eliminar cualquier carbono moderno que pueda haber contaminado la muestra después de su recolección.
Una vez que la muestra ha sido debidamente preparada, se la somete a un proceso llamado grafitización, donde se extrae el carbono que la compone y se convierte en grafito puro. Finalmente, este grafito se coloca en un Espectrómetro de Masas con Acelerador (AMS, por sus siglas en inglés) para cuantificar su contenido de carbono 14.
El carbono 14, o radiocarbono, es una de las herramientas más versátiles y valiosas en la ciencia moderna. Su capacidad para revelar la edad de un objeto u organismo, su utilidad en una amplia gama de disciplinas científicas y su papel en avances recientes en campos tan diversos como la biomedicina y la ciencia forense demuestran la profundidad y la amplitud de su impacto en nuestro entendimiento del mundo natural.